12 mar 2012

Reflexiones que no vienen a cuento. Parte 2:

Hemos empezado fuerte este apartado.
Bien, el caso es que ayer escuchando el programa de La Script de Cadena Ser, el cual está muy bien y aprovecho para decir que se emite de 4 a 5 de la tarde los sábados, estaban hablando de Luces Rojas, la última película de Rodrigo Cortés, y debatían si una película se debería ser comprensible en un único visionado o si por el contrario hay películas en las que casi es necesario verlas al menos dos veces.

Mi opinión es que hay dos tipos de películas, aquellas que buscan un solo y único visionado pero que por fallos de guión en los giros tienes que volverla a ver pues tienes la sensación de que te has perdido algo esencial y que la culpa debe ser tuya por no prestar la suficiente atención. Y aquellas que son enrevesadas, que cuesta  seguir y que tratan de tener más de un visionado, se diferencian de las anteriores en que no sales con la sensación de "me he perdido algo por que no he prestado la atención necesaria". En este segundo tipo de películas sales con curiosidad de qué te habrás perdido, le das vueltas a la cabeza durante días buscando el sentido y finalmente decides que tienes que volver a ver esa película y sacar conclusiones.

Por lo que escuché el otro día en el programa, me da que Luces Rojas, la tercera película del director de Buried, estaría clasificada dentro del primer grupo, al contrario que en mi opinión óperas primas de la segunda, como pueden ser 2001: Una Odisea del Espacio o Mulholland Drive.

Esta es mi opinión, pero siempre estarán los que vayan al cine a pasar el rato, historias mascaditas que no le hagan pensar. Para gustos están los colores.

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10 mar 2012

Reflexiones que no vienen a cuento. Parte 1:

Hoy no voy a hablar de actualidad, y no por falta de ganas, más que nada porque mi presupuesto estudiantil se puede estirar y estirar pero ir al cine supone un pequeño gran desembolso, ya quisiera poder ir todas las semanas a ver algo de cartelera con mi cubo de palomitas, pero como se está ocnvirtiendo en un producto de lujo (y a más se supone que va ir si hacemos caso a mi querido profesor Villanueva) pues como que no.

Así que uno se pone a pensar y con la inspiración de un blog de un compañero de clase (luego os dejo el link) pues uno le da vueltas a la cabeza y se acuerda de algo sobre lo que lleva mucho tiempo tratando de escribir: los efectos especiales.

El tema viene ocupando mi cabeza algo más de dos años, más concretamente desde que se estrenó Avatar. A mi, para que engañarnos, me pareció un tremendo engaño, Pocahontas con bichos azules y unas colas muy largas, un grito ecologista que desvelas a los 20 minutos más o menos. Pues en eso estaba yo, soltando todos los improperios posibles en la cafetería de la universidad porque James Cameron a mi juicio me robó más de 10 € cuando un compañero me dijo que había que reconocer que el guión era una mierda pero los efectos especiales eran admirables, y aquí difiero en donde más.
A mi me vendieron estas más de 2 horas como la revolución del cine moderno, el antes y el después con ese, se supone, que magnífico 3D. A mí el 3D no me pareció ninguna locura, lo que si me pareció es que podías pillarte un colocón tremendo y que la reciente Invención de Hugo le da tres o cuatro mil vueltas en ese aspecto.
Pero a lo que voy, lo de los efectos especiales, a mí me parece una gran mentira. Para mí, efectos especiales buenos me parecen los de El Señor de los Anillos, con un uso del ordenador puntual, o el de los clasicazos, tipo Ben Hur, pero sobre todo, 2001: Una Odisea del Espacio. Esos sí que me parecen geniales, el disfraz de los chimpancés, las naves en el espacio, la belleza del frío y oscuro cosmos, pero sobre todo el bolígrafo que flota en el aire por la ausencia de gravedad y la nave en la que se desplazan los cuatro astronautas y el más humano ordenador HAL 9000. Para esta nave, Kubrick construyó a tamaño real un super ventilador que se moviese puesto en vertical y que con una cámara sobre la que se deslizasen los raíles y el actor corriendo como un hamster diese la sensación de movimiento. Para mí esto es digno de admiración, bien es cierto que este tipo de obras sólo se pueden llevar a cabo en films que lleven detrás un colchón económico muy grande, pero también es cierto que la imaginación para pegar un boli en un cristal transparente y moverlo con un hilo no está exento de capacidad creativa.

Sin embargo, Avatar carece, a mi parecer de todo esto. Es una película muy visual, espectacular en ese aspecto, pero todo hecho con un ordenador. Ahora sólo necesitas de mucho dinero para permitirte comprar un superordenador, pagar a muchos dibujantes que te hagan un mundo totalmente onírico, virgen y con mucha agua y muchas plantas y con animalitos azules que sintonicen con el público.

Lo que quiero decir es que dónde está aquí la imaginación para salvar los retos de la gravedad, y es que hoy en día parece que si tienes dinero para hacer una película con un superordenador puedes dar el pelotazo de la historia (ahí está, Titanic y Avatar las dos películas más taquilleras de la historia)


PD: el blog de mi compañero es: http://crownintherye.blogspot.com/

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9 mar 2012

Para los amantes de David Lynch

La verdad es que voy un poco tarde, más bien tarde a secas, sin el "un poco". 
El domingo pasado a las 17:10 de la tarde reestrenaron en Fox Crime (Canal de pago que se puede ver por el Digital +) la mítica serie Twin Peaks, con David Lynch como director, creador y productor.

La serie cuenta la investigación del asesinato de una chica de 17 años llamada Laura Palmer, encontrada envuelta en un plástico desnuda en una playa de una pequeña localidad de Estados Unidos llamada Twin Peaks. Así, el excéntrico agente Cooper y el Sheriff del pueblo se verán inmersos en una historia "muy Lynch".

Los seguidores de este polémico director entenderán a la perfección lo que quiero decirles, una historia seria, como es la de un asesinato, tratada con personajes de lo más variopinto, excéntricos y tremendamente raros en cuanto a su personalidad se refiere, con toques de humor en momentos de máxima tensión, donde te encuentras al borde de la taquicardia. Pero el sello del director no se queda ahí y lo lleva a sus máximas consecuencias, con una cámara que se mueve nerviosa, casi siempre con planos asfixiantes, que puede llevar al borde de la histeria, con esos gritos de los personajes que te hacen revolverte en el sillón, como ya vimos en "Mulholland Drive" o en la película que sirvió de precuela años después a esta serie. Sin olvidar los colores llamativos que invaden la pantalla, en este caso muy del estilo del paso de los ochenta a los 90, sobretodo los créditos verde fosforito que rayan en lo hortera; además de la pasión de este hombre por los pies, los cuales siempre hablan del personaje y su personalidad, o las licencias tomadas para meterse en un mundo onírico de alucinaciones

En definitiva, una serie que puede ser amada u odiada, como prácticamente todas las obras de este director.

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1 mar 2012

Scorsese se hace un niño


Hugo, un niño huérfano que vive en una estación de París en los años 20 nos lleva a los
inicios del cine en un viaje que Martin Scorsese hace delicioso.
Hugo, quien busca reparar un autómata se mete en una historia de “esas como la de los libros” como se dice en un momento de la película. La película visualmente es genial, tras recibir un merecidísimo Oscar a mejor fotografía, yo creo que primando la originalidad de ésta frente al bellísimo realismo de El Árbol de la Vida.
Lo siguiente que más me gustó fue la trama, aunque va dejando pistas que entenderá cualquiera que tenga una mínima noción de los comienzos del cine, no se hace en absoluto predecible, siempre con la escena en el momento justo, la acción cuando se debe correr, el humor cuando hay que alegrarse y la tristeza cuando hay que ponerse sentimental. Además, las historias de los personajes secundarios están muy bien hiladas con la principal.


Y si algo me ha gustado ha sido el 3D, iba con muchos reparos a ver la película en tres dimensiones, y más cuando me dijeron el precio de la entrada, pero una vez en la sala quedé totalmente satisfecho, no experimenté esa sensación de mareo que he sentido otras veces. Bien es cierto que las imágenes no son del todo nítidas, algo que el sistema tiene que mejorar, sobre todo en las escenas de acción, pero sí hay que reconocer a Scorsese la valentía de un hombre de su edad para meterse en semejante berenjenal, y sobre todo lo bien que están aprovechadas todas las opciones que el sistema te permite. Aunque sigo prefiriendo ver las películas en 2D una excepción de vez en cuando si está tan bien llevado como esta no me importa en absoluto. Los actores están todos muy bien, especialmente los niños, quienes tienen muy buena química, y me ha gustado mucho Sacha Baron Cohen haciendo de guarda de la estación.

En resumen, es una película que hay que ir a ver, y que no se me ofendan los incondicionales de The Artist, pero esta película se merecía el Oscar a la mejor dirección.

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