18 feb 2013

Huérfano los jueves. Boardwalk Empire

El jueves pasado he terminado de ver dos series pero hasta ahora no he podido subir esto para que me lean los cinco de siempre, en parte porque no he tenido tiempo y en parte porque necesitaba digerir los cuatro capítulos que me han dejado planchado gran parte del fin de semana. 

Para empezar, hablaremos de Mad Men, terminé la quinta temporada el jueves. Sí, lo sé, voy atrasadisimo, tenía grabada toda la temporada en mi IPlus pero llegado el verano me fui de viaje y me quedaban los tres últimos capítulos por ver. Amenzado con que se puedan llevar mi IPlus por no estar en plenas facultades me he lanzado a ver los tres capítulos que me faltaban. Los 45 minutos de cada uno de ellos no me han dejado especialmente conmovido, pero sí me han gustado bastante, lo cual tiene muchisimo mérito cuando he visto los tres últimos capítulos con una brecha de 5 meses entre el noveno y el décimo, lo que hizo que no recordase como debiera donde se encontraba la acción. Sin embargo, ahora que Jon Ham me cae algo mejor, que hay un sorpresón en relación a uno de los personajes que no me gustaba nada y otro que me ha entristecido tremendamente pues os estaréis quedando igual que si no habrías leído nada. El tema es que todo lo bueno de Mad Men ya lo he dicho en incontables ocasiones y como no tengo nada nuevo que aportar sólo podría hacer spoilers y eso sí que no, eso solo lo hago con Melancholia, para que no la veáis. 

Peter Campbell sigue siendo tan idiota como siempre
Lo verdaderamente importante es el final de la tercera, tremenda, excelsa y brillante temporada de Boardwalk Empire. Será muy difícil que Steve Buscemi y compañía tengan entre sus manos un guión tan redondo con unos personajes que den tantísimo juego y alcancen el nivelazo del que han presumido en las  interpretaciones de estos 12 capítulos. La temporada arrancó como debiera, algo mejor que la segunda (la más floja con diferencia de las tres que están emitidas), los primeros capítulos van sembrando el trigo que el huracán va a llevarse por delante en el ecuador de la temporada. A partir del quinto capítulo coge los cinturones, abróchate fuerte que vienen curvas y, sobre todo, viene Gyp Rosetti, interpretado por Bobby Cannavale, como verdadero valor de oro para todos y cada uno de los doce capítulos. Pocos personajes he visto yo tan carismáticos, tan impredecibles, tan queridos y odiados al mismo tiempo y, en especial, tan violentos. Violencia con todas sus letras se respira en cada uno de los 45 minutos, a quien le desagrade la violencia explícita que no vea la serie, directamente, para recordar el Ritz, el primo del socio y el asalto a Tabor Heights mientras Rosetti tiene uno de sus jueguecitos sados. A la sombra del personaje de Rosetti, brillan con luz propia Nucky (más humano e inestable que nunca) su esbirro irlandés y su chica de Nueva Yok. Al Capone y Lucky Lucciano son sólo dos de todo un elenco de mafiosos que se extienden desde la venta de coca en los bajos fondos de Nueva York a los más altos cargos de la justicia estadounidense. ¿Queréis ver lo que es triunfar con una serie? Esto es triunfar con una serie.

Te echaremos de menos Gyp, especialmente tu violencia desmesurada
PD: Me he quedado huérfano los jueves, en parte solo seré curado por la segunda temporada de Girls que empieza ahora en el plus, dudo que House of Cards me entusiasme demasiado, pero habrá que probar a ver qué tal.

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